jueves, 3 de julio de 2014

Presentando a la familia pelotilla

Soy orgulloso miembro de la familia pelotilla. Familia, que como cualquier otra, nació siendo sólo dos y de momento va por tres. Ser pelotillas para nosotros surgió de la "necesidad" de llamar de alguna manera a la relación cuando en los comienzos no quieres (o no te atreves) a darle un nombre a esa relación que está empezando a surgir (cosas de la vida moderna y el miedo al compromiso! Qué os voy a contar...). Por qué pelotillas, por lo pelotas que siempre hemos sido tanto papá pelotilla, como yo misma, mamá pelotilla, el uno con el otro y desde el principio de los tiempos. Comentarios como:

 - Papá pelotilla: "Mamá pelotilla es la mujer más guapa del mundo, más que las top models"
 - Mamá pelotilla: "¡Anda ya pelotilla!" (Saliendo en la tele Adriana Lima) "¿Más guapa que ella?"
 - Papá pelotilla: "Mil veces más. De verdad pelotilla, no sé qué crees que tiene ella que no tienes tú..."
 - Mamá pelotilla para sus adentro piensa... 90, 60, 90; 10 kg menos, unos ojos de escándalo; ¿quieres que siga o ya te vale? Pero se queda orgullosa pensando que para papá pelotilla es mejor que Adriana Lima o el Ángel de Victoria's Secret del momento... :-)
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La cosa, como digo, también ocurre a la inversa:
  - Mamá pelotilla: "Papá pelotilla es el hombre más guapo y atractivo del mundo"
  - Papá pelotilla: "¡Pero mira qué barriga tengo! ¿No preferirías a un cachas de esos?
  - Mamá pelotilla: "¡Pero qué dices! A mi no me gustan los hombres con músculos..."
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Y no sólo nos pasa con el físico, con cualquier cosa que hagamos, ya sea de cocina, en el trabajo, lo que sea... Así que cuando nació pelotita, no iba a ser menos... Se convirtió al instante en la niña más guapa del mundo y esta vez, para más inri, con la coletilla: objetivamente. He de decir que los comentarios de las enfermeras de que era el bebé más guapo de toda la planta tampoco nos ayudó mucho... ¡Lo que nos faltaba a los pelotillas! Objetivamente, pelotita nació preciosa, nada arrugada, con la cara redondita, rosadita y con unos ojos enormes y abiertos.

Pues esos somos nosotros. Papá pelotilla, que no es porque sea mi marido, pero es el hombre más estupendo del mundo (¡lo siento chicas, me lo quedé yo!), pelotita, que es la niña más guapa y maravillosa del mundo y yo, mamá pelotilla, que como poco más guapa que el Ángel de turno soy!

Ya en petit comité y dejando de un lado mi condición de pelotilla, he de decir que, como mi nombre dice, soy una mamá cualquiera, de esas que te puedes encontrar por la calle porteando, amamantando, cantando, durmiendo, jugando, en definitiva criando a sus bebés (y no tan bebés). De esas que hace tiempo dejamos las alas colgadas porque casi no tenemos ni un minuto para nosotras mismas porque entre trabajo, bebé, casa, no tengo tiempo ni de depilarme las cejas... Afortunadamente dí con un pelotilla al que no le hace falta que me las ponga...


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