jueves, 3 de julio de 2014

Jugando con pelotita

Pelotita se caracteriza desde que empezó a jugar por jugar como le da la gana. Esto que dicho así parece una obviedad, no lo es tanto si nos paramos a pensarlo... ¿Cuántas veces habéis intentado que vuestros hijos jueguen con algún juguete en concreto?¿De una forma determinada? Dicho de otra manera, ¿cuántas veces habéis intentado dirigir el juego de vuestros hijos? Es algo que podemos llegar a hacer incluso sin darnos cuenta.

No es que nunca haya intentado dirigir su juego (la verdad es que a estas alturas ya no lo recuerdo) es que ella tampoco ha dado pie a ello. Al principio me fastidiaba un poco porque veía a otras madres con sus criaturas super concentradas jugando a hacer la pinza metiendo y sacando cositas minúsculas de unos tarritos enanos. Pelotita sin embargo no llega a encontrarle la gracia a eso, ella prefiere moverse libre y hacer lo que le da la gana, que la pinza ya la practica ella cogiendo trocitos de comida que me roba del plato. A mi como os podéis imaginar, me parece perfecto, no sólo por mi condición de pelotilla, si no porque creo que el juego siempre debe ser libre, nunca guiado y si a mi pelotita no le apetece jugar a algo no voy a ser yo (ni nadie) quién se lo imponga.

Su juego se reduce a que ella rebusca por todo el salón sacando los objetos que le da la gana, va de una lado a otro buscando cosas nuevas y al final deja el salón de casa como las películas esas de espías en las que están buscando un código secreto por toda la casa. Pues pelotita es la espía más incompetente de todo el planeta porque día tras día remueve el salón de pelotilla's palace para encontrar el ansiado código y nada... Lejos de ser un juego aburrido, le ha permitido aprender a dominar el gateo estupendamente, a atravesar obstáculos, a levantarse y dar pasos de un sitio a otro (apoyada de momento) y sobre todo a ser la niña más feliz del mundo cuando descubre los DVDs por enésima vez y se dedica a ir sacándolos de uno en uno de su estantería. Vamos que sin haberlo programado así, al final juega al más puro estilo Emmi Pikler. Lo que ya es otra historia es cómo me deja el salón... Pero eso al final es secundario... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario