viernes, 4 de julio de 2014

Pelotita mugrienta

Desde hace unas semanas pelotita es otra en el momento del baño, perece que nos la han cambiado. Nunca ha sido una niña muy entusiasmada con los baños ni con el agua, pero hasta hace un mes lo pasaba bien en la bañera. De un día para otro es sentarla en la bañerita y ponerse de pie a llorar para que la saque.

He probado casi de todo. He cambiado su bañerita por la bañera grande, me han dejado asientos de bañera, le he metido en el agua juguetes que en seco le encantan, incluso me he metido con ella dentro, pero nada... No hay manera, se pone a llorar desconsolada e intenta salir de la bañera.

Recientemente hicimos un viaje y pasamos un par de noches en un hotel. Como no estaba dispuesta a dejar sin bañar a pelotita más de dos días, pensamos en meterla en el bidé. Un agua rápido y listo. Así que allí estábamos papá pelotilla y yo preparadísimos para el baño de pelotita. Abro el grifo, compruebo durante un rato la temperatura del agua que sale y cuando por fin está adecuada, papá pelotilla sienta a pelotita dentro del bidé. Mmmm... Parece que a esta niña le gusta el baño en el bidé... Lástima que en casa no tengamos... Es lo que estaba pensando justo cuando pelotita empieza a llorar como si no hubiera mañana. La saco corriendo y entonces me doy cuenta de que por un segundo ha habido un cambio brusco de temperatura que casi abrasa a mi pequeñina! Madre mía... qué susto! Cómo puedo ser tan mala madre... pienso. La hemos hecho buena... Justo lo que le faltaba a pelotita para terminar de aborrecer el momento del baño.

Yo soy muy del elemento agua... hasta cuando me quedé embarazada quería dar a luz en bañera (en otro post explicaré por qué finalmente no pudo ser). Alta y torpe por naturaleza mi falta de habilidad fuera del agua es proporcional a mi habilidad dentro de ella. Cuando era pequeña y soñaba con que me perseguían los malos, consciente de mi torpeza sobre la tierra, yo huía nadando a braza por el aire... Con tanto amor por el agua mi idea era convertir en pupila a mi retoña, pero después de lo acontecido en el bidé y su desamor por el baño, no tenía ninguna esperanza en que pelotita aguantara en la piscina ni un segundo... Sorpresa la mía cuando en ese mismo viaje, la meto en la piscina del hotel y disfruta más que su madre! Me puedo quedar tranquila, si no arreglamos su aversión por la bañera siempre me quedará la piscina... Eso sí, mientras dure el verano... en invierno tendremos una pelotita mugrienta.

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