sábado, 16 de agosto de 2014

Historia de un parto I

Hoy hace justo un año que me puse de parto. Todavía lo recuerdo como si hubiera sido ayer y me alegro de tener la oportunidad de escribirlo ahora, ya que si no creo que hay detalles que poco a poco se irán borrando o distorsionando por el paso del tiempo...

Es curioso cómo funciona la mente humana. Esa noche había soñado que me estaba bañando en un agua verde muy sucia. En cuanto rompí aguas sucias me vino a la mente la imagen del sueño y llegué a pensar en que habría sido un premonición y todo. Pero bueno, no adelantemos acontecimientos, vamos por pasos.

Esa tarde habíamos estado en la piscina con mi suegra. Nos estaba dejando en casa cuando empezamos a hacer un montón de planes para la siguiente semana. Teníamos que ir al Reina Sofía a ver la expo de Dalí, ir a tomar el aperitivo a la plaza de Santa Ana, y mil cosas más. Recuerdo que pensé, con tantos planes chulos y lo gafe que soy me da a mi que no llego al lunes con esta barriga...

Habíamos quedado con un amigo a cenar algo enfrente de casa, bajó papá pelotilla primero y yo me fui a casa a duchar (el gafe de hacer tantos planes con antelación me dejó con la sensación de que tenía que estar limpita por si las moscas...). Cuando fui al baño vi que había empezado a expulsar el tapón mucoso. Una sensación de euforia me invadió por completo. Cenamos tranquilamente. Sí recuerdo notarme rara durante la cena (eran más contracciones). Al despedirnos de nuestro amigo, le dije a papá pelotilla que había expulsado el tapón, que entrábamos en la recta final. Él se puso en plan preguntón...

   - Pero... ¿qué significa eso?, ¿cuánto queda entonces?

Yo prudente con las ilusiones de papá pelotilla, le dije que lo normal era que pasaran incluso días, pero que era un hito. (En el fondo sabía que no quedaban días, pero ¿y si me equivocaba? Pobre papa pelotilla ¡con lo impaciente que es!

Cuando llegamos a casa fui al baño de nuevo. Salí del mismo con un:

    - Papá pelotilla, coge la bolsa que nos vamos a La Paz. Estoy de parto.

Había empezado a sangrar bastante, pero estaba muy lejos de estar neviosa o preocupada... Al salir de casa nos miramos y sonreímos. Semanas antes había leído en la Web a una chica que antes de salir de casa sa había parado a pensar en que salían de su casa como una pareja y volverían a entrar en ella como una familia. Lo había comentado con papá pelotilla, y sé que en ese momento el mismo pensamiento cruzó fugazmente nuestras mentes.

El trayecto fue bien. Le dije a papá pelotilla que no hacía falta que corriera ni nada, que aunque sangrara estaba empezando el parto, no era nada inmediato. Así hizo. Llegamos con una tranquilidad pasmosa a urgencias de La Paz. Él me dejó en la puerta para que hiciera el triage y él se fue a aparcar. Me bajé con mi carpetilla y me senté en triage donde muy tranquila expliqué mi caso, que sabía que aunque no tuviera contracciones de parto todavía estaba ya sangrando, que si la placenta, blabla. Pasé a monitores donde resultó que ya tenía bastantes contracciones pero si digo la verdad a penas las notaba... Eran regulares, pero cada 8 minutos. Estaba a años luz de estar de parto-parto. Al salir de monitores me hicieron una exploración para comprobar que la placenta estaba bien a pesar del sangrado. Todo estaba estupendo, menos una cosa. Pelotita estaba estresada y tenía las pulsaciones muy altas. Me repitieron los monitores. Diagnóstico: ingreso hospitalario para asegurar el bienestar fetal. Si no me hubieran mandado a casa a seguir dilantando.

To be continued... 

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